La identidad del pueblo de Dios

Estudio bíblico acerca de La identidad del pueblo de Dios, por el siervo de Dios y Apóstol de Jesucristo Naasón Joaquín García.

Ante de comenzar con su disertación, hizo dos afirmaciones importantes. Primero: manifestó el llamamiento que Dios había hecho en él como Apóstol de Jesucristo para estar al frente de la hermosa iglesia del Señor: “Aunque tu principio es pequeño, tu postrer estado será muy grande conforme a las promesas que Dios ha dado a su iglesia, desde la Restauración de la misma en el año de 1926. Pueblo numeroso al que va a multiplicar como las estrellas de los cielos y la arena del mar, pues a sí Dios lo manifestó”.

Segundo: debido al lugar que Dios le dio, sintiendo esa responsabilidad, consideraba su deber sagrado asegurarse de que el crecimiento en la Iglesia no solo fuera en cantidad, sino también en calidad. Que el crecimiento sea firme, para preparar un pueblo propio y celoso de buenas obras.

Por ello la importancia del tema, que es una de las responsabilidades del apostolado, de  formar a Cristo en cada hermano, porque eso es lo que define la identidad del pueblo de Dios, o sea, tener los rasgos de quien ha sido el medio de llegar a Dios, Jesucristo. Y si decimos ser seguidores de él, tenemos que tener los rasgos, su figura formada en nosotros.

“Veo a mi hija pequeñita de Alemania, tan frágil y tan tierna, que deseo que su crecimiento sea encaminado para Cristo”, externó su propósito de que tanto en ellos como los de Bélgica y Guinea, se parezcan a Cristo, que sea dibujada su silueta en ellos, que sus rasgos sean los de él, porque la Iglesia le pertenece a Cristo; él como Apóstol, es el enviado,  porque eso significa apóstol, el discípulo que viene anunciar al que le colocó enfrente de su Iglesia para cuidarla, para prepararla para el encuentro eterno con su Señor.

Citó el libro de Jonás 1:8… decláranos… qué oficio tienes, de dónde vienes, cuál es tu  tierra y de qué pueblo eres… le preguntaron aquellos hombres a Jonás: “Soy hebreo y temo a Jehová”.

Se identificó a pesar de que sabía que por él estaban pasando los males que sufrían  en la embarcación al tratar de huir del Señor, no se avergonzó de su origen, ni de sus raíces ni de su identidad. Origen que estaba en Dios, el creador de todas las cosas. La identidad en el cristiano, dijo, es tema de suma importancia porque para él  representa el nacimiento, la perseverancia, el crecimiento, el desarrollo y el fruto de la iglesia.