Esto trae un recuerdo, que trae un pensamiento que no somos nosotros los que alcanzamos esta bendición, la bendición fue alcanzada por Cristo el Señor, la paz que gozamos es la paz que Cristo nos ha dado a nosotros y diríamos con aquel canto que entonábamos en la Santa Cena pensando en la obra de Dios que gracias a aquel momento de dolor, en el cual estaba el Señor en el calvario fue para nosotros bendición.
En el monte calvario dice una de nuestras alabanzas estaba una cruz emblema de afrenta y dolor, oh yo amo a Jesús dice nuestro canto que murió en la cruz por salvar al más vil pecador.
En un principio cuando abrazamos la fe, era entrega absoluta, estamos conscientes de que hemos perdido un lugar de honor que nos dio el Señor.
Es cierto que el pecado es fuerte, es necia la pasión, decía el apóstol Pablo, Veo en mi carne otra ley que enseñorea de mi.
Pero nosotros tenemos una ayuda, la de Cristo Jesús para no estar presos del pecado y sus manifestantes.
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