Mensaje Apostólico Domingo 3 de julio de 2022

Mensaje Apostólico Domingo 3 de julio de 2022, por el ministro de la Iglesia del Dios vivo P.E. Venancio Ortiz Esquivel, Colonia Las Carolinas, Torreón, Coahuila, México.

Iglesia del Dios vivo columna y apoyo de la verdad la luz del mundo, Naasón Joaquín García siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, Los Ángeles california a 3 de julio del 2022.

A la fiel y santa iglesia del Señor, que sigue su paso firme y seguro a la salvación, gracia y paz del señor Jesucristo sean en vuestros corazones, a través de participar de un cúmulo de hierbas amargas, llegamos hoy al inicio de una bendición gloriosa, uno de los momentos más esperados por el pueblo de Dios, la santa cena del señor Jesucristo.

Qué bellos recuerdos de hermosos momentos de bendición majestuosa, de felicidad indescifrable que conmueve el alma y estremece el corazón que cercanía tan gloriosa con Dios, que caricias tan hermosas para nuestro espíritu, para que finalmente nos uniera en un solo ser, todos los miles y millones de hermanos unidos en uno solo y quien nos une es Dios en él, es cristo a su ser y yo a vosotros unidos con Dios unido con Cristo.

De cuántas formas hermosas hemos hablado de la Santa Cena y sigue siendo tan amplio y bello, cada ángulo que se analice, qué seguimos enamorándonos de su significado, para llenar nuestras almas de la sabiduría de su enseñanza y la gloria de su conmemoración, para concluir con uno de esos momentos más bendecidos de nuestras vidas.

La integración de todos nosotros al cuerpo de cristo, en esta ocasión se seguirá desde cada iglesia local el desarrollo de la Santa Cena, en algunas de las múltiples sedes, eso no significa que no se alcance la misma bendición, nuestra fe es un elemento fundamental para lograr integrarnos unidos por la la bendición de Dios.

No importando que tan lejos o qué tan cerca os encontréis de los templos, donde se realice la Santa Cena (Mateo 8:8) la bendición llegará a todos, en la misma intensidad, en la misma gloria, con la misma fuerza del espíritu de Dios.

La Santa Cena sólo se puede entender a través de la revelación de Dios, ahora lo vemos fácil de comprender porque por la revelación de Dios a sus elegidos pero para mucha gente del Mundo, sigue siendo un misterio incomprensible, dándole vueltas a las palabras del maestro una y mil veces, sin poder descifrar por qué invitaba a comer su carne y a beber su sangre, como si fuésemos antropófagos o caníbales.

Pero qué diferente cuando el espíritu de Dios lo explica, entonces entendemos que, para poder realizar una Santa Cena se debe tener revelación, (Efesios 3:3) pero la santa cena, también es parte del cumplimiento de la promesa, que aún antes de su cumplimiento hizo el Señor Jesucristo con figuras y con palabras y en las diversas disposiciones con las que fue recibida esa promesa.

Al día siguiente de haber el Señor saciado con cinco panes a más de cinco mil personas, mientras tenía todavía el sabor en la boca de ese pan multiplicado con su milagro poderoso, Jesucristo al ver que se le acercaban y que querían continuar en su compañía, les dijo: De cierto de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales sino porque comiste es el pan y os saciasteis.

(Juan 6:26) Y pasó enseguida de la figura, a lo figurado, de la tierra, al cielo y añade: Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que la vida eterna permanece (Juan 6:27) Dando a entender que se debería merecer esa gracia, haciendo obras agradables a Dios.

Entonces le preguntaron: ¿Qué harían para ejercitarse en obras del agrado de Dios? Jesucristo respondió: Qué creáis en el que Dios ha enviado, la obra agradable a Dios es que creáis que yo soy el mesías enviado por Dios, pues qué milagro preguntaron los judíos: ¿Qué cosa extraordinaria haces tú para que nosotros veamos y creamos que tú eres el mesías?

Es verdad que ha sobrado milagros en la multiplicación de los panes y nos has alimentado en la mitad del desierto, pero moisés también alimento en el desierto con maná a nuestros padres, con la diferencia de que tú has dado alimento en un solo día y moisés alimento por espacio de 40 años a un gran gentío.

Tú nos has dado a comer un pan terreno, amasado por los hombres y moisés les dio a comer a nuestros padres pan del cielo y amasado por los ángeles y sin embargo Moisés no pidió que se le tuviese por mesías, sólo como profeta y les respondió el Señor: El maná de moisés de moisés bajaba de los aires y no del cielo, mi padre os da a vosotros el verdadero pan del cielo, porque el pan de Dios es el que ha descendido del cielo y el que da vida al Mundo (Juan 6:35).

Jesús le dijo: Yo soy el pan de vida el que a mí viene nunca tendrá hambre y el que en mí cree no tendrá sed jamás, ¿Qué significan estas palabras? Una revelación, ¿Qué les aclara? Un tipo y figura de lo real y de lo verdadero, uno no os dio moisés el pan del cielo y dos yo sí soy el pan verdadero, ¿Estaba incluido dentro de la promesa? Si.

El que cree en mí no tendrá hambre jamás, con esto conocieron los judíos, que el pan del cual Jesucristo les hablaba era mucho más importante y apreciable que el maná, y que lo puede dar cuando le plazca, porque después de obrar tantos prodigios podía hacer uno más singular y extraordinario.

Mensaje Apostólico Domingo 3 de julio de 2022

Carta de Invitación a la Santa Cena 2022