En los primeros años de la restauración, la Iglesia se reunía a adorar a nuestro Dios, cantando alabanzas y recordando las enseñanzas de Jesucristo.
En la década de los años 30, la palabra de Dios se extendía no sólo en Guadalajara, sino también a varias ciudades en México; en todos los casos, los hermanos se congregaban para entonar alabanzas y después reflexionar sobre la escritura.
Por aquellos años, no existía un himnario propio, sino que los cantos se tomaban de uno denominado
“Cantos de Victoria ,y en su mayoría eran himnos de corte evangélico, donde se mencionaba la grandeza de Dios, su poder y misericordia.
En 1934, ya establecida la Iglesia en el templo de la calle José María Gómez, conocida también como la calle 46, en la finca marcada con el número 224, Dios tuvo a bien manifestar los primeros himnos a varias de las hermanas. Entre los primeros himnos manifestados por Dios a los fieles se recuerda: “A ti sólo nuestro Rey”.
Cuando las hermanas sentían la bendición de Dios a través del canto, comenzaban a entonar estas alabanzas, rápidamente otras hermanas anotaban el himno en una libreta; éste Posteriormente se escribía a mano en unas hojitas de papel que Por lo regular se anexaban al himnario de «”Cantos de Victoria”.
Poco a poco Dios bendijo a su Iglesia con muchos himnos; tanto en hermanos como en hermanas se manifestó aquella bendición del Señor.
Todos los hermanos eran cuidadosos de tener consigo los himnos que Dios iba manifestando a la congregación y asi, cuando presidían una consagración invitaban a la Iglesia a entonar una alabanza de un pequeño himnario cosido con hilo y aguja por los hermanos, los cuales con esmero aprendían las melodías de cada uno de los cantos.
Posteriormente los himnos se mecanografiaban y se formó un pequeno cuadernillo, confeccionado de manera modesta y rústica por los hermanos.
Para la década de los años 40, se contaba con numerosos himnos e incluso salmos que también se entonaban, siendo una de las primeras ediciones un himnario editado en la ciudad de México, D.F. denominado: Himnario Cristiano Espiritual, La Luz del Mundo, del que se recuerdan los himnos 47, 67, 148, 150, (primera versión) entre otros más.
En 1971, se adquirió una máquina Offset marca Multilith. modelo 1250, en la cual se imprimió el himnario de manera más profesional y a gran tiraje.
Al mismo tiempo, surgió la necesidad de clasificar los himnos temáticamente, labor que realizó el hermano Alfonso Herrera García, quien dividió el himnario por temas y alfabéticamente, como también asignó un texto de referencia bíblica para cada himno. Desde la década de los 90, el himnario se ha venido confeccionando, agregando cantos adicionales y salmos, hasta Llegar a la edición que hoy tiene usted en sus manos.